Desde su aparición, los bombarderos estratégicos a jet han jugado un papel fundamental en una larga lista de operaciones militares, especialmente, durante la guerra de Vietnam, pasando por los conflictos en Oriente Medio, los Balcanes y Asia Central entre la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI. Estos grandes y costosos aviones son parte de la disuasión desde la Guerra Fría hasta las tensiones geoestratégicas de nuestros días.
Se idearon docenas de conceptos de bombarderos los que llegaron al tablero de diseño y de ahí a las operaciones aéreas durante la Guerra Fría, lo que forzó a la extinta Unión Soviética y Estados Unidos a un espiral de ingenios aeroespaciales, generando una importante variedad de aeronaves de dos y cuatro motores a reacción, capaces de volar grandes distancias, cargando armas nucleares. De la extensa lista, continúan en sus operativos en la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación China (FAEPL), los Xian H-6K, desarrollos a partir de los Tupolev Tu-16. En tanto la flota rusa mantiene a los Tupolev T-160 y Tu-22M2, junto a la nueva versión Tu-22M3M. La Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), los B-52H Stratofortress que se encuentran en camino a la remotorización para extender su vida más allá del 2050, además del B-1B Lancer y el B-2A Spirit, el más sofisticado bombardero estratégico que la industria haya visto. Desde su debut, el B-2 inclinó la balanza a favor de EEUU en cuanto a su fuerza de bombarderos estratégicos, abriendo una gran brecha respecto a las capacidades de Rusia y China dentro de esta categoría. Así se daría paso a una nueva y desconocida ciencia aplicada hasta ese entonces, la tecnología Stealth, la que reduce de manera considerable el registro de radar de la aeronave, dándole un nivel de sigilo clave para ejecutar misiones ofensivas. Este nuevo ingenio, que comprendía una serie de nuevos conceptos en cuanto a diseño y materiales, se convirtió en realidad, a mediados los 80, gracias a Lockheed Martin y, su sección Skunk Works, con el F-117 Nighthawk. Con la supremacía indiscutida de las fuerzas estadounidenses, el panorama ha ido en constante transformación desde comienzos del siglo XXI, lo que considera dos grandes polos. El primero es el auge económico que ha llevado a China a multiplicar su economía centenares de veces, para posicionarla como la segunda superpotencia, detrás de EEUU, y que ha forzado al gigante asiático a un aumento considerable en la inversión de desarrollo y tecnología para sus fuerzas militares. Lo anterior les ha permitido aumentar su portafolio de nuevos aviones de combate, transportes, drones y helicópteros, y que también considera el diseño y puesta en marcha de su primer bombardero estratégico de diseño propio -presumiblemente Stealth- que según fuentes cercanas a Beijing, podría ver la luz el último trimestre del año en curso. Por otra parte, Rusia que a pesar de las grandes dificultades económicas y restricciones comerciales que ha experimentado en la ultima década, consiguió mantener sus programas militares como eje fundamental de su proyección estratégica en el escenario mundial. Con las ganancias de las reservas de gas y petróleo, producidas por sus empresas estatales, dieron la inyección necesaria para continuar los costosos desarrollos tecnológicos, entre ellos, la fabricación de un nuevo bombardero estratégico de quinta generación.Características
La nueva generación de bombarderos Stealth serán capaces de utilizar sistemas de armas como misiles hipersónicos, así como también integrarán toda la tecnología de enlace de datos, designación de blancos y autoprotección de vanguardia. Esta nueva generación será la primera en disponer de tecnologías que permitan su vuelo de forma autónoma y/o tripulada. El desarrollo de estas nuevas aeronaves se basa en la necesidad de reemplazar a las que están al límite de su vida útil, algunos de los cuales entraron en servicio en la década del 50, como es el caso de los B-52 de la USAF y el Xian H-6 de la FAEPL. Si bien las unidades más antiguas fueron desactivadas del servicio, los aparatos restantes han sido sometidos a modernizaciones. En el caso de EEUU la flota con la que contó en el apogeo de la Guerra Fría fue de unos 400 bombarderos, los que han ido reduciéndose a unos 140. Y actualmente, de esos 140, solo una veintena corresponden al B-2 el cual cuenta con reales capacidades de penetrar los modernos sistemas de defensa antiaérea. Esta capacidad se vio afectada ya que el Departamento de Defensa canceló la opción de modernizar a los Spirit. Los nuevos bombarderos deberán evadir y destruir de forma precisa los sistemas de defensa antiaéreos actuales, capaces de detectar blancos y abatirlos a varios cientos de kilómetros, entre los que destacan el S-400 ruso o el THAAD estadounidense, desplegados en zonas estratégicas como resguardo de un eventual ataque de este tipo de aviones. Cabe señalar que gran parte de la información sobre estos bombarderos aún se mantiene como clasificada.Nuevos actores
Northrop Grumman B-21 Raider El origen de este concepto se inicia en 2004. El ambicioso y costoso programa Next-Generation Bomber (NGB) pretendía poner en servicio un nuevo bombardero estratégico hacia el 2018. Finalmente, este programa fue cancelado durante 2009. En julio de 2014 la USAF lanzó una solicitud de propuesta (RFP) para el desarrollo del nuevo bombardero estratégico de largo alcance: LRS-B. En octubre de 2015, Northrop Grumman se adjudicó el contrato para el desarrollo que posteriormente fue denominado B-21 Raider. Durante 2018, la USAF indicó que el diseño propuesto por Northrop Grumman había pasado la fase de revisión crítica de diseño.


